Se la conoce con el nombre de Novena de la Gracia «por su grande y comprobada eficacia en las necesidades de la vida presente» (S. Pío X).

De nuevo queremos acogernos a la amistad y predilección que tiene San Francisco Javier por su pueblo sanjaviereño, para que desde el cielo nos consiga gracias que necesitamos para nuestro peregrinar por los caminos de este mundo.

Devotos de siempre y nuevos devotos, todos queremos expresar el cariño y veneración por nuestro Patrón. Son días de admiración ante uno de los más grandes de la historia de la humanidad, días para volver a mirar el alma de este santo, días para sentirnos atraídos por este corazón que ardía en Amor a Dios y a los demás.

Desde los más pequeños a los más grandes, todos necesitamos vivir esta Novena que tanto bien nos hace. Hace bien a cada uno que lo vive desde la más sincera devoción, hace bien a cada familia que reza con fervor, es un estímulo renovado para la Parroquia, que estos días se fortalece como comunidad de fe y de caridad, hace bien a los amigos y peñas que festejan agradecidos la amistad con su Santo Patrón.

Cuando tenemos la oportunidad de acercarnos a las cartas y escritos de la vida de San Francisco Javier, descubrimos cómo entendía perfectamente el mundo con los ojos de la fe y con la sabiduría del Evangelio, pero sobre todo aprendemos su preocupación por cada ser humano. Le importaban muy de veras las personas, a las que metía en su corazón y en su oración, para llevarlas a la Eucaristía celebrada cada día:

“Singularmente edificó al pueblo la devoción del Santo en la celebración de la Misa. La gente veía sus ojos humedecidos de lágrimas, su faz estática. Le ocurría a veces arrobarse por más de una hora en el Memento de los vivos sin poderle sacar de su éxtasis” (Cros, I, 144-145).

No te quedes en casa, ven y participa. Recemos juntos la Novena de la Gracia y hagamos que, de todos nuestros barrios y pedanías, asociaciones, coros musicales y grupos parroquiales, salga una ofrenda generosa para bien de la fe y de la caridad, hagamos que entre todos resuene la voz de un pueblo alegre volcado con su Patrón.

Vuestro Párroco: Juan Prieto Solana.